OPINIÓNPOLÍTICAPORTADA

La opinión pública como motivación social

René Martínez Pineda

Sociólogo y Escritor, UES-ULS

Desde hace más de tres años, la opinión de las personas sobre el desempeño del presidente Nayib Bukele no ha variado de forma significativa en cuanto a otorgarle una alta calificación, lo cual es un hecho inédito en la política que, con los presidentes anteriores, tenía una tendencia a la baja después del primer año de gestión. Puede decirse que la opinión pública es el conjunto de preferencias expresadas por un número considerable de personas en relación con un problema de importancia o con el desempeño de algún político. En las últimas décadas, tanto la realidad de la opinión pública (que convierte en realidad la opinión) como la sociología electoral concluyen que las encuestas de opinión son fenómenos típicos de sociedades con democracia electoral. El hecho mismo de realizar una encuesta política desde las instituciones de la oposición (muchas de las cuales manipulan las preguntas para manipular la opinión, como es el caso de las encuestas de la UCA) y, más aún, tener la libertad de publicar los resultados, nos indica que existe libertad de expresión.

Sobre las encuestas puede afirmarse que son esenciales como instrumentos de consulta ciudadana para evaluar las decisiones de los líderes políticos. Y es que la opinión pública no es sino uno de los numerosos factores que determinan la decisión final y describen la situación del momento para determinar si está vigente la motivación social para continuar con un estilo de gobierno. En el caso de Nayib Bukele es evidente que la población sigue motivada con su liderazgo, y eso ha sido reiterado en todas las encuestas porque, a partir de ellas, se han visto recambios realizados por él.

La sociología política reconoce que no se puede hablar de opinión pública en abstracto, sino que la opinión está referida a un problema concreto. Sin duda, cada problema tiene su público específico (la de los sometidos por la delincuencia y la de los que viven de ella, por ejemplo) por lo que una misma persona puede estar inmersa en públicos diferentes según el problema abordado. Lo anterior explica el comportamiento de la oposición política, la cual habla de trabajar por el pueblo, pero, acto seguido, se opone a que se le resuelvan sus problemas más álgidos porque dicha oposición ha vivido de mantener esos problemas.

En el caso del país la opinión pública -como opinión ciudadana- ha logrado vincularse a las rebeliones electorales de 2019 y 2021 y eso se ha expresado en la histórica y sostenida aprobación de la gestión del presidente Bukele, en tanto lo consideran un líder comprometido con darle al país un rumbo diferente y en favor de las mayorías que estaban desilusionadas con la política debido a la corrupción galopante y a la traición que sufrieron.

Ahora bien, esa motivación social propiciada por el presidente en la inmensa mayoría de las personas lo obliga a que siga trabajando para que se movilicen y actúen como defensores de los logros alcanzados (principalmente en el problema de la delincuencia) para que la seguridad ciudadana y la gobernabilidad sean construidas desde el territorio en tanto poder popular que antecede al poder político. De más está comentar los resultados de la encuesta de la UCA (enero 2023) porque reiteran la tendencia de las anteriores, incluso a pesar de la manipulación hecha en algunas preguntas, “hallazgos relevantes” y conclusiones elitistas que degradan a un sector de la población.

Para muestra copio una de las conclusiones de la UCA: “el análisis estadístico revela que cuando la población conoce menos hechos de la coyuntura sociopolítica del país por los que se consultó les otorgan calificaciones más altas a las entidades de seguridad, de justicia y del gobierno”. Esa conclusión niega el pensamiento de Ellacuría, de cuyo prestigio aún viven.

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LPT Redacción

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