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Comunidad Las Palmas vive libre y sin miedo

La guerra contra las maras que lleva a cabo el Gobierno del presidente Nayib Bukele acabó con la clica 106 Ganster, un bastión de la pandilla 18.

De la clica 106 Ganster, un bastión histórico de la pandilla 18, ya no queda nada en la comunidad Las Palmas. Pasó a la historia cuando el combate frontal a las pandillas, del Gobierno del presidente Nayib Bukele, capturó a la mayoría de los terroristas que conformaban la estructura, aseguran los habitantes de la localidad, situada en el sector sur oeste de San Salvador. 

En el terreno de 13.7 manzanas viven aproximadamente 12,000 habitantes, que por muchos años estuvieron sometidos al acoso, el amedrentamiento y el control de esa facción pandilleril. 

De acuerdo con una investigación desarrollada en diciembre de 2017, la clica 106 Ganster dominaba todo lo que sucedía en la comunidad, desde la venta de frutas, pupuserías, tiendas, los parqueos, las instalaciones de servicios hasta la extorsión a los restaurantes periféricos, a los que obligaba a abandonar el local, si se negaban a pagar. 

Los lugareños manifiestan que esa situación quedó en el pasado gracias a la exitosa estrategia del Plan Control Territorial y la guerra a las maras de la administración Bukele, que les devolvió la tranquilidad y ahora viven en libertad y sin miedo. 

Elsa de Mejía tiene más de 40 años de vivir en la comunidad y conoce la transformación del sector, de cuando la violencia no imperaba en la localidad, los tiempos peligrosos y el cambio drástico que viven desde mediados de abril de 2022, cuando ya estaba en marcha el combate a las maras. 

La señora pasea a su perro, Peluche, y dice que si no fuera por el régimen de excepción con el que arrestaron a todos los pandilleros, el equipo de «Diario El Salvador» no hubiera podido entrar al terreno y caminar con toda tranquilidad por la única calle de Las Palmas y sus angostos pasajes sin el acoso o hasta las agresiones de los muchachos (pandilleros). 

«Ahora está mucho mejor, porque antes tenía miedo de salir porque los muchachos se mantenían un puño aquí y otro allá, y todo el que entraba corría un gran peligro. Daba miedo por la forma en la que trataban los muchachos a la gente», comenta De Mejía. 

Elsa recuerda que hace un par de años entró un pandillero conocido como Bestia y que a las 12 del mediodía reunía a todos los mareros, comían en el suelo y tiraban balazos al aire para atemorizar a los lugareños. «Aquí murió mucha gente en la entrada, por la cancha. Dicen que al barranco también se llevaban a los que les caían mal». 

Por estos días, la lugareña agradece al presidente Bukele y a las autoridades por la seguridad que han llevado a su comunidad, que también les quitará el estigma que les generaba el control de los terroristas.

Juan Alvarado y su familia se dedican a vender comida preparada en varias oficinas situadas en la colonia San Benito, un sector aledaño a Las Palmas. Alvarado expresa que nunca fue estigmatizado por sus clientes, pero sí por personas de otros sectores que al mencionar su lugar de procedencia cambiaban la forma de tratarlo. «Uno decía de donde era y ya comenzaban a hablar que ahí mataban, robaban, pero gracias a Dios todo eso cambió». 

«Antes no teníamos transporte e íbamos al mercado y les decíamos que nos llevaran a Las Palmas, nos decían “no, ahí no entramos y si los llevamos los dejamos en el redondel” y uno cargado. Si uno paga transporte es para que lo lleven hasta donde uno va. Pero cambió, hoy entran los taxistas y todos los del transporte», afirma el comerciante. 

Por su parte, Alvarado expresa que el plan de seguridad era necesario porque en la actualidad «la gente se siente segura, sale para donde quiera, nadie le dice nada, uno anda libre, no anda corriendo el riesgo de que a uno lo van a molestar o que le va a pasar algo. Para mí, está muy bien la seguridad porque ya se estaba haciendo necesaria». 

El respaldo hacia la mejora de seguridad en la populosa zona es unánime. Los habitantes llevan a cabo sus actividades diarias sin preocupaciones, los vendedores o distribuidores de productos ingresan y salen del lugar sin miedo, los estudiantes del Centro Escolar República de Canadá asisten a clases sin que sean amedrentados por los mareros. 

LEA TAMBIÉN: Dos pandilleros armados fueron capturados en San Miguel

Redacción LPT

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